La mayoría de los suministros de agua están contaminados con pesticidas y
herbicidas procedentes de actividades agrícolas, medicamentos,
derivados de la desinfección, metales pesados y otros muchos tóxicos.
Para asegurar el agua más pura posible filtra el agua tanto en el punto
de entrada como en el punto de uso. Esto significa filtrar toda el agua
que entra en la casa y, posteriormente, filtrarla de nuevo en el
fregadero de la cocina.
El agua sin filtrar desprende peligrosos vapores de cloro y gas
cloroformo. Según la FDA americana la mayoría de los hogares tienen
niveles cuantificables de gas cloroformo, gracias al agua clorada del
grifo.
A menos que tengas un filtro de agua para toda la casa el cloro se
evaporará desde los inodoros en su casa y cada vez que lavas la ropa,
friegues los cacharros o te duches.
El gas cloroformo, los vapores de cloro y DBPs podrían aumentar el
riesgo de asma, inflamación en las vías respiratorias y alergias
respiratorias. Por sí solo el gas cloroformo puede causar mareos,
náuseas y fatiga.