El
carbón activo es carbón que ha sido tratado con oxígeno para abrir los
millones de pequeños poros entre los átomos de carbono, lo que le
convierte en un potente imán para atrapar todo tipo de toxinas. De
hecho, el carbón activo puede atrapar hasta 300 veces su peso en
toxinas. Y para que ver las cosas en perspectiva decir que un puñadito
de carbón activo tiene mayor superficie que un campo de fútbol.
El carbón activo presenta una fuerte carga negativa, por lo que toda su
área de acción atrae toxinas, que casi siempre tienen carga positiva.
Lo que incluye metales pesados como el mercurio, sustancias químicas tóxicas como el BPA, pesticidas e incluso micotoxinas.
El uso del carbón activo se remonta al menos al año 1.500 antes
de Cristo cuando se le menciona en un papiro egipcio como un remedio
para "olores intestinales desagradables".
Y su uso no ha decaído con el tiempo...
El carbón activo es el remedio preferido en Urgencias de los
hospitales cuando una persona sufre de intoxicación alimentaria, o
incluso en casos de mordedura de serpientes venenosa.
También se utiliza en máscaras de gas y filtros de piscinas, siendo el
método de filtrado de agua más usado por su gran eficacia para elimina
toxinas.