Lo que necesita tu cuerpo es agua pura, agua limpia, equilibrada y
saludable, ni muy alcalina ni muy ácida. Idealmente el ph del agua debe
ser cercano al 7, que es el neutro. Es aceptable si el ph se encuentra
entre el 6 y el 8. Algunas de las aguas más saludables del mundo
provenientes de manantiales en las montañas son ácidas en el rango de
6,5 y sin lugar a dudas serían mis preferidas si fuera fácil acceder a
ellas.
El “agua con vida” es similar al concepto de comida cruda que es
equivalente a “alimentos vivos”. Una de las razones por las que soy tan
partidario de comer alimentos ecológicos
es por sus biofotones. Biofotones son las unidades más pequeñas de luz,
que todos los organismos vivos –incluyéndote a ti- utilizan y
almacenan. La energía vital llega a tus células procedente de los
alimentos biodinámicos que ingieres. Del mismo modo que los alimentos
crudos están vivos con energía fotónica, el agua natural está viva de
forma similar. Si realmente quieres alcalinizar tu cuerpo parece sensato
proporcionarle agua
de la mayor calidad posible que es la obtenida de los zumos de
verduras, que ayudarán a tu cuerpo a normalizar tu pH de forma natural.
El concepto de “agua viviente” nos hace pensar en el trabajo visionario
del Dr. Masaru Emoto xvii, el investigador japonés que experimentó con
las formas que forman los cristales de agua. Lo que descubrió es que las
diferentes formas de energía influencian la capacidad del agua de
formar bellas formas cristalinas. Emoto demostró que la cristalización
del agua depende de la salud natural del agua. Aguas de manantial y
aguas curativas formaban bellas formaciones cristalinas, similares a
copos de nieve. Agua que había sido destilada o contaminada perdía su
estructura interna y la capacidad de cristalizar disminuía
considerablemente.
Si no te gustaría comer comida muerta, entonces ¿por qué beber agua muerta?