Ahorre y purifique su propia AGUA

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El Agua y la Digestión

El agua es un componente muy importante en la digestión, especialmente en un sistema digestivo perteneciente a una persona mayor. En cuerpos mas jóvenes el proceso de "romper" los alimentos y convertirlos en formas mas sencillas para poder ser absorbidas por el organismo se hace de una forma muy elemental. Ambos sistemas, el digestivo y el metabólico, sufren relativamente pocos cambios con el paso del tiempo, pero si hay algunos que ocurren. Los cuerpos maduros necesitan mas líquido, especialmente agua. Un suministro inadecuado de agua a las células y los tejidos, altera dramáticamente la manera de aprovechar los alimentos. 
 
La motilidad intestinal o movimientos peristálticos, habilidad del intestino para movilizar los alimentos mediante la contracción de las paredes del intestino, disminuye con la edad.

Esto incrementa el tiempo que tarda un alimento en ser totalmente digerido y ser eliminado al exterior en forma de heces; provocando que una persona sea mas propensa a sufrir calambres, inflamación, gases, estreñimiento, diverticulosis e incluso cáncer de colon.
Beber suficiente agua, junto a una dieta rica en fibra, puede prevenir este tipo de variaciones en la motilidad intestinal.



Debido a estas alteraciones en el aparato digestivo, una persona mayor está mas expuesta a sufrir enfermedades digestivas comunes. A menudo, la falta de fibra y de agua son los culpables de crear una disfunción en el sistema digestivo La diverticulosis es un cambio anatómico en el aparato digestivo producido por la formación de pequeños divertículos en el fondo del intestino grueso de una persona: esta enfermedad afecta a un tercio de las personas por encima de 45 años y a dos tercios de los mayores de 60 siendo las mujeres mas propensas a la aparición de la misma. Cuando un divertículo se infecta e inflama se produce una gran condición dolorosa llamada diverculitis. 

La mejor forma de prevenir esta enfermedad es ingerir suficiente cantidad de fibra y beber entre 6 a 8 vasos de agua diariamente También se puede prevenir reduciendo los laxantes fuertes y enemas que roban los líquidos corporales y añaden contaminantes al cuerpo. 

La pared muscular del colon se mueve en pequeños segmentos en forma de olas. Las personas que sufren de colon espástico o síndrome de intestino irritable, experimentan fases alternativas de diarrea y estreñimiento, acompañado de dolorosos calambres y gases. Los espasmos ocurren porque la musculatura no es uniforme en consistencia, algunas partes son duras y compactas mientras otras son muy permeables. 

Las cámaras de gases llenan los espacios entre los 2 tipos de musculaturas. Ingerir una dieta rica en fibra soluble y beber suficiente cantidad de agua diariamente puede ayudar bastante a normalizar el colon espástico. La fibra soluble atrae agua y crea una musculatura mas uniforme. Las personas que sufren de estreñimiento también pueden beneficiar de beber altas cantidades de agua porque favorece los movimientos de un intestino extremadamente duro y seco. 

CONCLUSION: El agua es una ayuda importante estableciendo la frecuencia de los movimientos del intestino, lo que contribuye no solamente a mejorar las alteraciones antes mencionadas sino la salud en general.

¿Beber durante las comidas dificulta la digestión? ¿Para cuidar el corazón tiene que ser baja en sodio? Las respuestas.

Inodora, incolora e insípida. Sobre el consumo de algo a simple vista tan inofensivo como el agua, pesan sin embargo falsas creencias. Un trabajo en conjunto de varios especialistas las destierra en base a evidencia científica. El grado de adhesión a esos “mitos del agua” fue relevado por un sondeo realizado a nivel nacional por TNS Argentina entre 1.014 entrevistados mayores de 18 años.

Casi ocho de cada 10 consultados respondió que para cuidar el corazón hay que tomar agua baja en sodio. “Esta creencia no se enmarca en ninguna evidencia científica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el agua no contribuye significativamente en la ingesta diaria de sodio, excepto en aquellas personas que requieran dietas muy restringidas para este mineral (menos de 400 miligramos)”, afirmó el cardiólogo Ricardo Iglesias, ex presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología y de la Fundación Cardiológica Argentina, quien subrayó además que no hay conclusiones firmes sobre la posible asociación entre el sodio en el agua y la hipertensión arterial. El médico sostiene que para reducir la cantidad de ese mineral en la dieta hay que correr la mirada y concentrarse en la sal agregada en las comidas y en productos como panes, fiambres, carnes y quesos, entre otros.

Otro punto sobre el que reina la confusión es sobre las causas de la obesidad en los niños. El 74% de los entrevistados cree que para cuidar que los chicos no engorden hay que fijarse más en la comida que en la bebida. Esteban Camuerga, director del Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (CESNI), evalúa como “equivocada” la premisa. “Varios estudios científicos demuestran que el riesgo de obesidad se incrementa acorde aumenta la ingesta de bebidas calóricas”, apunta. Un dato elocuente: los chicos en nuestro país consumen el equivalente a 14 sobrecitos de azúcar por día a través de bebidas e infusiones azucaradas.

Siete de cada diez consultados creen, por otra parte, que cualquier bebida hidrata por igual y que por lo tanto no es necesario tomar agua. Luciano Spena, miembro de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND) refutó esa afirmación. “La cantidad y calidad  de los líquidos ingeridos generan un impacto en el estado nutricional”, aseguró. En Argentina, un estudio demostró que la mitad de los líquidos ingeridos correspondía a bebidas e infusiones azucaradas y que los hidratos de carbono consumidos a través de ellos representaban entre el 9 y el 15% del consumo calórico diario, lo que supera en la mayoría de los casos las recomendaciones de la OMS.

La creencia de que hay que tomar agua sólo cuando se tiene sed quedó en cuarto lugar (con el 65% de respuestas en ese sentido). “La sed aparece cuando las pérdidas de líquidos corresponden a una disminución del 3% del peso corporal o más”, explicó César Casávola, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), quien recomendó no esperar a tener la boca seca para tomar agua, “porque es un llamado de atención tardío”.

También descartó que tomar agua durante las comidas dificulte la digestión, debido a que su evacuación gástrica es rápida y no provoca ninguna interacción que complique la absorción de nutrientes. Y señaló que incluirla en la mesa promueve el hábito de la ingesta de líquidos y un estilo de vida más saludable.